Se puede decir que la chía es originaria de México ya que sus civilizaciones consumen desde el descubrimiento de América. Estos pueblos cosecharon esta planta silvestre y la convirtieron en un elemento básico de su dieta. Luego fue domesticada y luego cultivada. Sin embargo, no solo lo usaban como alimento, sino también como una ofrenda a los dioses y como una semilla oleaginosa para producir un aceite base para pinturas corporales. Todo esto ha hecho que la semilla de chia sea vital para la economía precolombina. Pero ¿por qué era tan importante?
Esto se debe a que esta semilla, en comparación con otros alimentos, tiene valores nutricionales bastante significativos y notables. Tenga en cuenta algunos de ellos:
Por todas estas razones, para las culturas precolombinas, la chía era una excelente comida. Se ha convertido en un producto natural muy completo que, en la medida de lo posible, debe integrarse en nuestra dieta. Pero, ¿cómo podemos hacer esto?
Las semillas de chía, en general, se pueden comer de cualquier manera, incluso si hay tres opciones ideales para cocinarlas a diario.
La chía es un alimento muy importante debido a sus propiedades altamente beneficiosas para los humanos, pero el gran problema es que es muy poco conocido. La gente raramente ha oído hablar de él, así como los excelentes beneficios nutricionales que nos brinda. Sin embargo, se debe enfatizar que la chía no es un medicamento y, por lo tanto, no existen dosis preexistentes. establecido para consumir pero lo ideal es consumir entre dos y cinco cucharadas por día.
Un decálogo para mantener su cerebro joven y en forma
A partir de cierta edad, puede tener arrugas en la cara, cabello blanco en la cabeza o osteoartritis en sus manos. Sin embargo, a pesar de todo esto, puedes mantener tu cerebro joven , disfrutar la vida al máximo. De hecho, tu cerebro es un músculo, que debes alimentar todos los días, y estimular para dárselo siempre más fuerza.
¿Es malo poner cubitos de hielo en sus bebidas?
El problema no son los cubitos de hielo per se, sino todos los microorganismos que se acumulan en el congelador, o incluso los que tenemos en las manos al momento de servirlos. Cuando llegue el verano, queremos refrescarnos de alguna manera. Una de las maneras de dejar de estar tan caliente es consumir una bebida fría.