El sistema inmunitario es el mecanismo que permite a nuestro cuerpo luchar contra virus, bacterias y cualquier tipo de enfermedad. A veces se debilita: la mala nutrición, el estrés o las infecciones de todo tipo pueden impedir que realice sus funciones básicas. ¿Pero cuáles son los signos de un sistema inmune debilitado? No se preocupe, lo explicaremos.
El sistema inmunitario es nuestra defensa, nuestra "respuesta inmune", contra los agentes externos que intentan ingresar nuestro cuerpo para causar infecciones. Consiste en una red de células, tejidos y órganos que trabajan juntos para proteger nuestro cuerpo. Probablemente ya sepa que estas células protectoras se llaman leucocitos o glóbulos blancos. Su papel es atacar a los organismos que nos enferman. Estas células se encuentran en los "órganos linfáticos" que son el timo, el bazo y la médula ósea.
Si por alguna razón nuestro recuento de leucocitos es bajo, ya no podremos sobrellevarlo. elementos externos que nos enferman. Por lo tanto, es importante poder reconocer las señales enviadas por nuestro cuerpo para que nuestro médico pueda, tan pronto como sea posible, determinar el origen de esta debilidad y compensarla. Estas son las pistas:
Infecciones urinarias, estómago o encías inflamadas y enrojecidas, diarrea frecuente, etc. son todas señales de que nuestro sistema inmunitario no está soportando como debería con estos agentes externos que ingresan a nuestro cuerpo. No envía la respuesta correcta y no defiende contra virus o bacterias
Algunas personas sufren reacciones alérgicas con más frecuencia que otras Su sistema inmune no bloquea las influencias del polen, el polvo, los agentes en su entorno que afectan su piel y las membranas mucosas, lo que afecta así su salud. Si padece alergias, puede deberse a que su sistema inmunitario es débil.
A veces, un pequeño corte o raspado lleva días para sanar. Las lesiones sanan mal, se infectan, causan inflamación y duelen . ¿A qué se debe? Si se encuentra en esta situación, informe a su médico.
Lo sabe: una buena dieta es sinónimo de buena salud . A menudo hacemos dieta solo cuando tenemos un problema determinado o cuando estamos enfermos Sin embargo, es importante mantener una dieta variada y equilibrada durante todo el año y consumir muchas frutas, verduras, proteínas magras y poca azúcar, grasa y alcohol. Los cítricos están llenos de beneficios, así que no te olvides de comer naranjas, mandarinas, papayas, uvas, tomates ...
Un sueño tranquilo y reparador es esencial para mantener nuestro sistema inmunológico en buen estado de salud. Esto le permite renovar su energía y cumplir sus funciones esenciales. El insomnio y las preocupaciones que nos mantienen despiertos son los enemigos de nuestra salud.
Lo conocemos bien, pero a veces olvidamos tomar ciertas precauciones: lavarse las manos antes de comer, antes de tocar comida, después de acariciar animales, regresar del trabajo o un día en la ciudad, etc. También es esencial prestar atención a la limpieza de los alimentos que consumimos. Lave bien las verduras antes de cocinarlas, sumérjalas en agua para eliminar cualquier residuo, etc. Todos estos pequeños pasos contribuyen en gran medida a la protección de nuestro sistema inmune.
El estrés no es solo una emoción, puede convertirse en una enfermedad crónica que causa problemas graves. No olvide que cuando las toxinas se acumulan en nuestro cuerpo, debilitan nuestro sistema inmunitario, por lo que nos enfermamos. Establezca prioridades, aprenda a cuidarse, ¡encuentre tiempo para hacer las cosas por usted!
7 Consejos para proteger sus huesos y prevenir la osteoporosis
El sistema esquelético es una estructura compleja que se encarga de mantener el cuerpo y le da estabilidad para que se mueva con normalidad. Entre otros, los huesos juegan un papel muy importante en varias funciones vitales como producen suficientes glóbulos rojos y blancos para prevenir el desarrollo de ciertas enfermedades.
A veces, cuando nos involucramos demasiado, no pasamos el tiempo suficiente pensando en nuestro ritmo de vida y en hacerlo saludable. Debemos ser conscientes de que hay muchos hábitos que pueden afectar seriamente nuestra salud y lo peor es que no lo sabemos. Por eso es esencial que prestemos más atención a cómo nos comportamos, a las tareas que realizamos a diario, a los tipos de cuidado que proporcionamos a nuestro cuerpo.