6 señales de un ataque de pánico (y cómo responder)

Para aquellos que nunca han experimentado un ataque de pánico significativo, puede haber cierto escepticismo sobre la condición, sus causas y su impacto en el bienestar físico y mental de la persona afectada. Pero un creciente cuerpo de investigación muestra que los ataques de pánico son, de hecho, muy reales y representan una grave amenaza para la salud física de los afectados.
La pregunta es, ¿cómo sabes si estás teniendo un ataque de pánico? Y más allá de eso, ¿cómo puede saber lo que está experimentando es un ataque de pánico y no otro tipo de afección médica, como un derrame cerebral o un ataque al corazón. Para aquellos que regularmente experimentan ataques de pánico, a menudo como resultado de un trastorno de pánico, es crucial aprender los signos de un ataque y desarrollar pasos bien pensados ​​para superar el problema sin ningún evento.

1. Dificultad para respirar

Uno de los principales signos de un ataque de pánico es la dificultad para respirar. Esto puede tener mucho que ver con la actividad del corazón durante un ataque, ya que el corazón a menudo corre o experimenta palpitaciones. Si el problema de la respiración continúa durante el tiempo suficiente, puede provocar un dolor importante en el pecho y un ataque de pánico más intenso.

Si sabe que es posible un ataque de pánico, intente reducir la velocidad de su respiración en caso de que ocurra. En lugar de tomar respiraciones rápidas y superficiales, estire las respiraciones y tome largas y meditadas respiraciones de aire. Al mismo tiempo, intente reducir la velocidad de su mente para que coincida con su respiración: lenta, profunda, estable. Esto puede ayudar a detener los problemas respiratorios y ayudarlo a aliviar el ataque de pánico.

2. Opresión o dolor en el pecho

Una de las primeras y más notables señales de un ataque al corazón es la opresión, incluso el dolor, en el área del pecho. Pero la opresión en el pecho o el dolor en el pecho no siempre es una señal de que se va a producir un ataque al corazón; en cambio, a menudo es una señal de que un ataque de pánico se está apoderando del paciente.

Esto no es particularmente sorprendente, ya que un ataque de pánico puede llevar a respiraciones más cortas y menos profundas que, con el tiempo, pueden parecer dolor en el pecho y opresión general. A menos que ya haya sido diagnosticado con una enfermedad cardíaca significativa, las posibilidades de que el dolor en el pecho sea un signo de un ataque al corazón son pequeñas. Sin embargo, si con frecuencia tiene ataques de pánico, trate de resolver el problema respirando profunda y lentamente.

3. Querer evitar lugares o personas

Si tiene un trastorno de pánico o experimentó un ataque de pánico en el pasado, puede vacilar en pasar el tiempo en los lugares o con las personas que estuvo cerca cuando ocurrieron los ataques anteriores. Esta parte de un trastorno de pánico más grande se conoce como "ansiedad anticipatoria" y puede afectar la forma en que un paciente observa a personas, lugares e incluso cosas asociadas con un ataque de pánico grave.

Para romper con esta ansiedad anticipada y restaurar su percepción original de las personas y los lugares asociados con un ataque de pánico, intente la meditación. Recuerde que el ataque de pánico probablemente tuvo poco que ver con las personas, lugares o cosas que estaban presentes cuando ocurrió el ataque original. Puede requerir que se repita esta línea de razonamiento muchas veces antes de que comiencen a absorber el mensaje.

4. Evitación fóbica

Si se encuentra constantemente evitando ciertos tipos de situaciones, como reuniones grandes o pequeñas o reuniones, puede estar experimentando evitación fóbica, que puede resultar de un ataque de pánico o incluso el desarrollo de un trastorno de pánico. La evitación fóbica también puede estar relacionada con el miedo a los lugares donde es difícil escapar, lo que lleva al paciente a buscar constantemente salidas, incluso cuando no hay una emergencia visible.

Evitar ciertos tipos de situaciones o entornos suele ser una reacción a un evento altamente desagradable que condujo a un ataque de pánico en el pasado. La evitación fóbica puede ser manejable, aunque si no se trata y se permite su construcción, puede convertirse en agorafobia, que es un problema mucho más difícil de tratar.

5. agorafobia

En casos extremos de trastorno de pánico, puede surgir agorafobia. La agorafobia es similar a la evitación fóbica (donde se evita tanto como sea posible ciertos tipos de situaciones) pero tiene un impacto mucho mayor en la psique del paciente. En términos generales, la agorafobia implica un miedo paralizante a los espacios públicos e interactúa con personas desconocidas.

La agorafobia a menudo surge de ataques de pánico y trastorno de pánico; puede ser el resultado de no tratar adecuadamente las últimas condiciones. El resultado puede dejar al paciente incapaz de visitar lugares donde hay muchas personas presentes, desde centros comerciales hasta salas de conciertos y estadios deportivos. En algunos casos extremos, puede dejar a las personas con miedo de abandonar el hogar, lo que les dificulta trabajar o interactuar con otras personas de cualquier forma.

6. Náuseas, aturdimiento, sudoración

Además del dolor en el pecho y la dificultad para respirar, los sentimientos de náuseas, aturdimiento y sudoración completan los principales signos de un ataque de pánico. Es posible que estos síntomas no aparezcan todos a la vez y es posible que no estén presentes durante cada episodio de pánico. Sin embargo, alguien con frecuentes ataques de pánico, o alguien diagnosticado con trastorno de pánico, probablemente experimentará muchos de estos síntomas en algún momento u otro.

La respuesta del cuerpo a un episodio de pánico a menudo implica tomar una serie de respiraciones rápidas y superficiales que pueden intensificar los síntomas existentes o provocar la aparición de otros nuevos, como malestar estomacal, sudoración y mareos. Como en el caso del dolor de pecho y la dificultad para respirar, la mejor respuesta es reducir la velocidad, sentarse y respirar profunda y lentamente. Para distraer la mente de la causa del ataque de pánico, concéntrese en un recuerdo reconfortante, como un viaje reciente o una reunión con amigos y familiares.