7 consejos para ayudar a que el ejercicio sea un hábito de por vida
Lo creas o no, hay personas que pueden hacer que el ejercicio sea parte integral de la vida cotidiana. Para muchos, pueden parecer unicornios míticos y sudorosos. Sin embargo, aquellos enganchados a la aptitud serán los primeros en decirte que los beneficios superan con creces la estética. El ejercicio es como cualquier otro hábito, y la mayoría lo convierte en una prioridad para los beneficios fisiológicos y psicológicos que brinda. Poco a poco, la idea de la vida sin actividad física diaria parece imaginable.
Aquí hay siete consejos para ayudarlo a establecer el ejercicio como un hábito de por vida ...
1. Actividades que complementan la vida
Lo admito; Me llevó muchos años probar diferentes formas de ejercicio antes de encontrar algunos tipos que realmente esperaba hacer todos los días. Para mí, correr y hacer yoga complementa mi estilo de vida. Soy una persona que requiere mucho de mi tiempo. Mis tendencias introvertidas no se adaptarían a un gimnasio asociado o incluso a un grupo de corredores.
Estoy de acuerdo con el hecho de que muchos de mis clientes que admiten haber perdido la motivación física, simplemente no han encontrado su nicho de ejercicio. Así que busca actividades en las que seas tu estilo de vida y personalidad. Si te gusta bailar y ser social, prueba Zumba. Si quieres sentirte fortalecido, echa un vistazo a kickboxing o artes marciales. Si buscas un poco de consuelo, elige caminar solo.
2. Mezcle las cosas
Si vestiste el mismo atuendo o comiste el mismo almuerzo por 3 meses, seguramente te enfermarás y te cansarás, ¿verdad? Lo mismo ocurre con la aptitud, por lo que es importante mezclar sus entrenamientos para que no pierda interés. Si te gusta entrenar en grupos, únete a un equipo de temporada o rec sport. O ponte a sudar en una clase de baile de entrenamiento coreografiado.
Incluso puede contratar un entrenador personal para aprender nuevos consejos. Sin embargo, si usa su descanso físico como su tiempo libre, pruebe el yoga caliente, las vueltas de natación o busque algunas clases de ejercicios en línea que puede hacer solo en casa. A otras personas les gusta la motivación y el desafío de entrenar para una carrera benéfica o maratón. De cualquier manera, la variedad mantendrá el ejercicio interesante, estimulante y divertido.
3. Obtenga el engranaje apropiado
Gran parte de tu motivación para el ejercicio (o falta de ella) tiene que ver con la comodidad. En serio, ¿cuánto tiempo piensas que te quedarás con un entrenamiento si eres propenso a tener ampollas o un sujetador deportivo que no le queda bien y que causa rozaduras?
Si estás verdaderamente comprometido con la forma física regular, invierte en el calzado adecuado para tu entrenamiento, zapatos cómodos, ropa cómoda y accesorios que te motiven aún más en cuanto a tus objetivos de fitness. Su primera prioridad de entrenamiento siempre debe ser la seguridad y la comodidad.
4. Sea algo flexible
El ejercicio no se puede abordar con una mentalidad de todo o nada. Un extremo te deja expuesto a lesiones por estrés repetitivo, mientras que el otro te ofrece todas las excusas para retroceder incluso antes de que comiences.
Puede dedicarse y mantenerse firme con el ejercicio, al tiempo que comprende que a veces la vida se interpone en el camino y la falta de un entrenamiento es inevitable (es decir, enfermedades, lesiones, obligaciones familiares o laborales). No te rindas ni tires la toalla, sino que pon el ejercicio donde puedas. Es posible que tenga que interrumpirlo un día u omitirlo por completo si tiene gripe, pero una vez que esté mejor, su entrenamiento lo estará esperando para comenzar donde lo dejó.
5. Salud vs. Apariencia
Muchas personas comienzan a ejercitarse porque un profesional de la salud recomendó perder algunos kilos de más, solo para que el ejercicio sea una parte normal de la vida. Esta gente aprendió que el ejercicio no necesariamente hace que te veas mejor, sino que te hace sentir mejor, lo cual es mucho más importante.
¡Pero no crea en mi palabra! Revise los múltiples estudios científicos que vinculan el ejercicio regular con la reducción del riesgo de numerosas enfermedades crónicas y físicas (es decir, diabetes, enfermedades cardíacas y depresión).
6. Recompensa tus esfuerzos
Por supuesto, las recompensas mentales y físicas del ejercicio toman tiempo para darse cuenta. Pero los deportistas de toda la vida saben que la idea de un entrenamiento mágico o una dieta que te dé resultados instantáneos es ridícula. Se dan cuenta de que la buena forma física es un compromiso a largo plazo. Aquí es donde las recompensas regulares entran en juego.
Las recompensas no siempre tienen que estar asociadas a una comida elegante. Se pueden incorporar a tu régimen de ejercicios con un nuevo atuendo de entrenamiento, un rastreador de ejercicios o un masaje relajante que te recuerda que "¡te lo has ganado!"
7. Priorizar la aptitud
En lo que respecta a las recompensas, la mayoría de los usuarios habituales se dan cuenta de que los beneficios físicos y mentales superan con creces el tiempo y el esfuerzo. Por ejemplo, noté que mi energía había aumentado, dormí mejor, mi piel brilló, mi estado de ánimo mejoró, y mi confianza se disparó casi de inmediato.
Para mí, el ejercicio no es negociable porque me siento mejor cuando lo hago. Hago tiempo para el ejercicio porque mis entrenamientos me impiden enfermarme, deprimirme y cansarme. De hecho, siento que tengo más energía (y por lo tanto) tiempo en mi día debido al ejercicio, por lo que lo hago una prioridad.