6 signos de apnea del sueño
Un desorden potencialmente serio, la apnea del sueño ocurre cuando la respiración de una persona se interrumpe repetidamente durante toda la noche. De los tres tipos de apnea del sueño, obstructiva es la más común, que ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan y bloquean las vías respiratorias. La apnea del sueño central, por otro lado, es el resultado de que el cerebro no señala los músculos que controlan la respiración. Y el síndrome de apnea del sueño complejo es cuando alguien sufre de los dos tipos mencionados anteriormente.
Como el sueño es esencial para el funcionamiento diario del cuerpo, el descanso insuficiente o interrumpido durante períodos prolongados de tiempo puede causar afecciones más graves. La apnea obstructiva del sueño, por ejemplo, puede provocar presión arterial alta, derrames cerebrales y enfermedades del corazón. Por tales razones, es importante conocer estos seis síntomas asociados con la apnea del sueño o para obtener un diagnóstico y comenzar el tratamiento lo antes posible.
1. Fuerte ronquido
Uno de los síntomas más comunes de la apnea del sueño, particularmente el tipo obstructivo, es el ronquido fuerte. Aunque ese ronquido es crónico, puede que no ocurra todas las noches. Con el tiempo, sin embargo, los Institutos Nacionales de Salud dicen que puede volverse más fuerte y más frecuente.
Es importante tener en cuenta que aunque el ronquido es bastante común, no siempre es indicativo de apnea del sueño. Para recibir un diagnóstico adecuado, asegúrese de reservar una cita con un médico.
2. Pausas en la respiración durante el sueño
La apnea del sueño se define como "una reducción o interrupción de la respiración durante el sueño", por lo que experimentar cualquiera de las cosas es un indicador fuerte del trastorno. Como la persona afectada está dormida, alguien con quien comparte una casa o la cama debe presenciar tales síntomas.
Para aquellos con apnea del sueño central específicamente, estas interrupciones de la respiración pueden hacer que se despierten de repente y experimenten una sensación de ahogo o jadeo mientras tratan de recuperar el aliento.
3. Sueño inquieto
Según HelpGuide.org, las personas con apnea del sueño a menudo no son conscientes de las pausas en la respiración que experimentan a veces cientos de veces durante la noche, lo que hace que el cuerpo se salga de su ritmo natural de sueño.
En algunos casos, sin embargo, pueden causar que la persona se despierte. Tal vez no cada vez que ocurre una interrupción, pero con la frecuencia suficiente como para provocar una noche de sueño inquieto, insomnio o viajes frecuentes al baño.
4. Dolor de garganta al despertar
Debido a los ronquidos profundos y frecuentes, no es raro que las personas con apnea del sueño -particularmente obstructiva- se despierten regularmente con dolor de garganta. Dormir con la boca abierta mientras ronca también puede hacer que se sienta muy seco a primera hora de la mañana.
Despertarse con dolores de cabeza es otro signo de la apnea del sueño, y es uno de los síntomas más comunes de aquellos que aún no saben que padecen este trastorno. De acuerdo con la Clínica del Sueño de Alaska, las pausas frecuentes en la respiración conducen a la insuficiencia de oxígeno en el cerebro, lo que amplía los vasos sanguíneos y causa dolores de cabeza.
5. Somnolencia diurna
El descanso constantemente interrumpido a menudo hará que las personas que sufren de apnea del sueño peleen con somnolencia excesiva durante las horas diurnas, independientemente de la cantidad de tiempo que pasan en la cama cada noche.
Se sienten lentos, con poca energía o cabeceando periódicamente durante el día. Con el tiempo, sin embargo, tales comportamientos pueden tener serias repercusiones, tales como acción disciplinaria en el trabajo, pérdida de trabajo o un accidente mientras se opera un vehículo de motor o maquinaria pesada.
6. Deterioro cognitivo
Consistentemente recibir una cantidad insuficiente de oxígeno y descansar puede causar que el cerebro de alguien con apnea del sueño se deteriore, lo que lleva a olvidos, pérdida de memoria o problemas para mantener la concentración en el trabajo o en tareas personales.
La persona también puede experimentar irritabilidad y alteraciones del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad que no son características de su yo habitual. En algunos casos, el individuo afectado puede incluso mostrar cambios de personalidad.